Ficha de la autora

Nombre: María Gutiérrez Blanchard (María Blanchard)
Nacionalidad: Española (1881-1932)
Estilo: Cubismo

Ficha de la obra

Fecha: 1916-1917
Dimensiones: 92 cm x 72 cm
Técnica: Óleo sobre lienzo
Museo en que se encuentra: Colección LL-A. Madrid, (España).
 

María Blanchard, pionera de una generación de mujeres ligadas al arte moderno, fue una artista perteneciente a uno de los grupos más llamativos y radicales de las vanguardias del siglo XX, el Cubismo (iniciado por Pablo Picasso y Georges Braque). Estudió bajo la tutela de Emilio Sala, Fernando Álvarez de Sotomayor y Manuel Benedito, artistas españoles muy centrados en una técnica más académica que influye en los primeros trabajos de la artista.

 

Gracias a la ayuda de unas becas, en 1909 viaja a París a estudiar en la Academia Vitti, donde las enseñanzas de Hermenegildo Anglada Camarasa y Van Dongen, la orientan hacia una nueva técnica artística donde el uso del color y la expresión predominan en sus pinturas. Es en esta etapa donde experimenta con el fauvismo y el primitivismo.

 

Es en Francia donde comienza a reunirse con artistas como Diego Rivera, Angelina Beloff, María Vassilief, Juan Gris y Jacques Lipchitz, entre otros, siendo éstos tres últimos, los que la acercan al mundo cubista, en su mayoría conformado por hombres, pero que con el tiempo logró insertarse y ser reconocida como una gran artista. Son sus obras cubistas las más destacadas dentro de sus etapas artísticas.

 

A pesar de que no llegó a descomponer en su totalidad las formas, algo característico del “cubismo analítico” (muy del estilo de Picasso), su influencia se ve reflejada en el estudio de las formas planas, en el intenso de los colores que utiliza al pintar y en el uso de letras, mucho más cercana a la segunda etapa del cubismo, el “cubismo sintético” (más cercano a Juan Gris).

 

Sus bodegones o naturalezas muertas, son obras muy originales, con colores que van desde los pasteles a los cálidos (en la misma obra), con detalles decorativos, relieves, flores, figuras femeninas y texturas.

 

En sus últimos años, su trabajo se vuelca a una pintura más espiritual, melancólica y personal. Pintando la amargura, soledad y sufrimiento de la enfermedad que la acompaño desde que nació; una desviación doble de su columna vertebral, debido a una caída que sufrió su madre mientras estaba embarazada.

 

A lo largo de su vida expuso en varias ocasiones (tanto en Europa como en otros continentes), de manera individual o con artistas de renombre, logrando que la audiencia, la crítica y sus pares artistas la aclamaran, consiguiendo un éxito casi escándalo (como se refieren algunos en la época).