Fecha: 1943 Dimensiones: 75,9 x 61 cm Técnica: Óleo sobre tela Museo en que se encuentra: Colección Particular, Jaques y Natasha Gelman.
SOBRE LA OBRA
La vida de Frida Kahlo está inmensamente relacionada con su creación artística, su pintura es personal y llena de simbolismos, también se interesó en mostrar y representar las raíces estéticas de los pueblos originarios de México. Sus autorretratos son los que la han convertido en una famosa pintora del siglo XX, realizó más de doscientas pinturas y dibujos relacionados con sus experiencias de vida, su dolor físico, emocional y su turbulenta relación con su esposo el muralista Diego Rivera.
En este autorretrato Frida pinta la cara de Diego en su frente, lugar que relaciona con los recuerdos y pensamientos, evidenciando el amor intenso que sentía por su marido. En su rostro podemos observar sus frondosas cejas, hecho que la ha popularizado, y que junto a su mirada seria y profunda nos transmite sus emociones.
La vestimenta que utiliza Kahlo en esta pintura es un tocado típico de la cultura Tehuantepec, del estado de Oaxaca, con esos encajes almidonados de color blanco que rodean su cara, este era el traje que utilizaban las mujeres para sus bodas. Desde su cabeza y de su florido tocado salen muchas ramificaciones de raíces blancas y cafés que podemos simbolizar como la vida y la muerte, un tema recurrente en sus pinturas.