VISTA DE TOLEDO

SOBRE LA OBRA

“Vista de Toledo” es una obra novedosa ya que hasta esa época el paisaje era considerado un género de segunda categoría en el arte y los clientes interesados en paisajes recurrían al mercado italiano o flamenco. El Greco centra su atención en los edificios emblemáticos: el Alcázar, el Puente de Alcántara, el Castillo de San Servando y la Catedral, situándose en un punto de vista frontal a la ciudad para mostrar el río Tajo. La aridez del terreno ha sido sustituida por un acentuado verdor más característico del norte de España. La silueta de los edificios se recorta sobre las nubes grisáceas, iluminándose por efecto de la tormenta que se acerca. Las tonalidades
verdes, azules y grises dan un aspecto dramático a la escena y ponen de relieve la grandeza de la ciudad. Se ha interpretado que este cuadro podría tratarse de una exaltación de la Ciudad Imperial, capital oficiosa del estado en esos tiempos, hasta que en 1567, Felipe II decidió trasladar la capital a Madrid.

“Cuando miro este cuadro lo primero que pienso es en mi
adolescencia, toda esa hermosa etapa que viví en el campo
con mis padres y hermanos, fue un período realmente
hermoso, una tranquilidad en medio de la naturaleza que en
día ya no se ve”

Eliana Saavedra, 57 años, Viña del Mar