Los neones de Alfredo Jaar

En 1987, el artista chileno Alfredo Jaar (1956) montó una polémica instalación en Times Square, el epicentro turístico de Nueva York. En una enorme pantalla negra que simulaba un aviso publicitario, ubicada en el frente de un edificio esquina de la plaza, se podía leer: “This is not America” (Esto no es América), mientras se mostraba el mapa de Estados Unidos.

 

El vídeo de Jaar se proyectó casi continuamente, cada seis minutos, durante un mes. “Está tan arraigado en su educación que Estados Unidos es América, mientras el resto del continente se elimina. Pienso que es importante recordar que el lenguaje es una expresión de la realidad, y al lenguaje solo cambia cuando la realidad cambia” dijo en 2009 el artista cuando su trabajo volvió a Times Square, proyectándose en aquella ocasión solo una vez al día, simultáneamente en 45 pantallas gigantes.

 

Jaar se inspiró en la icónica obra de René Magritte, “Esto no es una pipa”, pero le dio un sentido político. “Un logo para América” se ha reproducido ampliamente en todo el mundo, siendo en la actualidad una de las obras de arte más conocidas.

 

“Se calcula que más de un millón de personas lo vieron. Creó mucha polémica, apareció en los periódicos, en la televisión, fue un gran suceso mediático y al mismo tiempo fui atacado por todos lados. Incluso National Public Radio, que es la radio más importante de este país, envió a un periodista al lugar a entrevistar gente y a preguntarles qué opinaban de esta obra. Y se podía escuchar en vivo, en la radio, alguien que decía: ¡Pero esto es ilegal! ¿Cómo le permitieron hacer esto? Este es un problema de educación y contra eso no podemos hacer nada”, dijo Jaar en una entrevista.

 

El Premio Nacional de Arte 2013, vive en Nueva York desde 1982. Ahí comenzó a realizar intervenciones públicas centradas en preguntas teóricas en torno a temas políticos. Una de sus primeras obras fue la serie fotográfica de la explotación de los mineros de oro en el Amazonas, llamada “Gold in the morning” (Oro en la mañana, 1986), que se ha exhibido en la Bienal de Venecia y en el metro de Nueva York, entre otros lugares. Uno de sus trabajos más destacados es “Proyecto Ruanda” (1994-2000), una reflexión en torno al genocidio ocurrido en ese país africano en 1994, y en Chile, la obra “Geometría de la conciencia”,  un memorial para las víctimas de la dictadura que parte de la muestra permanente en el Museo de la Memoria.

 

“Yo trabajo mucho con el tema del lenguaje y en toda mi obra, siempre trato de hacer sentido. Por lo tanto, cuando uso el lenguaje, raramente trabajo con la ambigüedad. Trato de ser muy claro. Eso no significa que algunos textos que utilizo no puedan tener diferentes lecturas, que se puedan leer de ciertas maneras, incluso contradictorias. Y eso lo dejo abierto, pero el sentido primero de la obra es siempre un mensaje bastante claro”.

 

Esta columna fue publicada en La Estrella de Valparaíso y la puedes revisar aquí: https://bit.ly/2IlcXkB