Educación emocional desde el arte
Cruzada por el arte y la no violencia.
Las artes como herramienta de educación emocional para niñas, niños y adolescentes
Luego de vivir dos años de pandemia se hace necesario replantearse el objetivo y enfoque de la educación, en especial para nosotros, como un museo de educación artística. En estos últimos meses hemos visto en medios de comunicación, distintos hechos de violencia escolar, los cuales, en algunos casos, son resultado de las falencias en cuanto a temas relacionados con la educación integral, dónde muchas veces no se enseña desde las inteligencias múltiples. Debemos dedicar mayor tiempo a generar espacios para trabajar con la inteligencia emocional, por lo tanto desde una perspectiva de educación emocional y social.
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Las recientes investigaciones desde las neurociencias confirman lo relevante que es trabajar en niños y niñas desde temprana edad, una educación con un enfoque artístico interdisciplinario. El arte permite explorar desde los sentidos, observar y analizar imágenes cargadas de simbolismo, admirar, soñar y generar acciones, experiencias y vivencias que servirán como base para su desarrollo integral, no sólo desde lo cognitivo sino desde lo emotivo, que repercute en el desarrollo de la personalidad de niñas y niños. Cómo plantea Rafael Bisquerra “se propone el desarrollo de conocimientos y habilidades sobre las emociones con el objeto de capacitar al individuo para afrontar mejor los retos que se plantean en la vida cotidiana. Todo ello tiene como finalidad aumentar el bienestar personal y social” por tanto “el objetivo de la educación emocional es el desarrollo de competencias emocionales: conciencia emocional, regulación emocional, autogestión, inteligencia interpersonal, habilidades de vida y bienestar” (Bisquerra, elementos que son perfectamente posibles de trabajar desde la sensibilidad que tiene la educación artística. Arrreglar cita
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Para Mayer y Salovey, “La inteligencia emocional se refiere a un “pensador con un corazón” que percibe, comprende y maneja relaciones sociales”. Es por esto que el arte al permitirnos conectar con nuestras emociones, entenderlas y buscar soluciones para gestionarlas por medio de palabras y acciones artísticas creativas, desarrolla el pensamiento crítico y divergente de los niños y niñas, puesto que uno de los elementos principales que hace la educación artística es la percepción, creatividad, imaginación, empatía y flexibilidad, elementos claves para la resolución de conflictos.
Nosotros como museo buscamos ser el reflejo de respeto y valoración de las opiniones, siendo un canal emocional para las niñas y niños, permitiendo espacios de contención de ideas y emociones, y de generar un trato respetuoso y motivacional, con actividades y talleres que permitan a los niños y niñas a reconocer, comprender, expresar y regular lo que sienten, por medio del arte, el juego, la escucha activa y el respeto. Como dice Juan Cassus “la educación emocional es un proceso educativo orientado al desarrollo de la conciencia y comprensión emocional” y nosotros como museo tomamos esta lucha como un aporte desde el arte para ayudar a motivar e incentivar el autoconocimiento y la empatía.
Conoce cómo fue el lanzamiento de esta cruzada en la inauguración de la Arpillera Gigante Viajera