Pintor francés conocido por su importante contribución al movimiento impresionista. Con 15 años Monet era conocido como un caricaturista, le aburría la educación tradicional, y durante sus clases dibujaba caricaturas de sus profesores y otros estudiantes, que exponía en la vitrina de una tienda de marcos para cuadros en el puerto de El Havre, zona en la que vivía. Monet logra desarrollar su pasión por el dibujo y la pintura y, en 1859, estudiando pintura en la Academia Suiza de París, conoce al pintor suizo Charles Gleyre y a los pintores Alfred Sisley, Auguste Renoir y Frédéric Bazille, los que se convertirán en buenos amigos.

Sus primeras obras son de un estilo realista, figurativo, esto es hasta mediados de la década de 1860, donde logra exponer algunas en el Salón de París. En los siguientes años comienza a pintar en el exterior, al aire libre, investigando la importancia de la observación de la mancha, la luz y el color que afecta en lo que nos rodea, lo que lo lleva a pintar de una manera muy contraria a lo académico y poco conocida para la época. Utiliza una pincelada muy rápida, para que la forma pierda importancia ante el color y la luz, lo que originaría con el tiempo al grupo de los impresionistas.

En 1874 se crea la primera exposición impresionista, Salon des Refusés, en París, donde participan, Renoir, Degas, Manet, entre otros artistas. Es por la obra de Monet Impresión, sol Naciente, que presenta en esta exposición, que el crítico de arte Leroy, de la revista Le Charivari, inspirado en esta pintura le llamó en forma de burla y sarcásmo, «la exposición de los impresionistas». El nombre gustó mucho en el grupo de artistas y lo mantuvieron hasta crear un estilo artístico. En esta época, además, Monet comienza a trabajar con el concepto de «series», en las que pinta reiteradas veces un mismo elemento o paisaje, pero con distinta iluminación.

Dentro de estas series, está La Gare de Saint-Lazare. Esta es la primera vez que muestra interés en pintar un solo tema. “Pensé que no sería banal estudiar en diferentes horas del día el mismo motivo y notar los efectos de luz que modificaban de una manera tan perceptible, de hora en hora, la apariencia y los colores del edificio”. El pintor acababa de volver a vivir en París tras varios años pintando en el campo y se interesa en los paisajes urbanos. En 1877, solicita la autorización de trabajar en la estación Saint-Lazare, la primera estación parisina que se abrió al tráfico de viajeros.

Realizó doce pinturas de la estación en diferentes épocas del año, a distintas horas del día y desde varios puntos de vista. Se destaca la utilización de líneas simétricas en la parte superior de la construcción distribuyendo luces y sombras que orientan el interés hacia la locomotora, figura protagónica del cuadro. Monet consigue una perspectiva lineal y equilibrada, gracias a estas líneas, llevando el punto de fuga al centro de la composición, difuminando los contornos de los edificios y los diferentes tamaños de las figuras que transitan por la estación. La luz, que se filtra por el techo de cristal, está condicionada por las nubes de vapor que alcanzan una tonalidad azulada por la luz del sol. Las pinceladas rápidas que nos muestran estas nubes, vapor y personas pareciesen en constante movimiento, como si la pintura estuviese viva.

La audiencia en un principio lo criticaba de manera negativa por su estilo de pintar, pero con los años llegaron a considerarlo un visionario. Ha sido influencia de grandes artistas alrededor del mundo y de todos los ámbitos de las artes, como el cine, la literatura, la pintura incluso llegando a los cómics.