En “Las Gavilladoras”, el artista presenta a tres mujeres en plena faena, agachadas para recoger las espigas; son mujeres reales, ataviadas con los ropajes de la región de Normandía, donde el pintor estaba radicado. Estas mujeres se presentan concentradas y absorbidas por su pesado trabajo. Al fondo contemplamos los almiares y la carga de la carreta, en un ambiente de atardecer que envuelve toda la escena. Los colores vivos, aplicados con seguridad para resaltar el dibujo firme, acentúan los volúmenes en una de las obras más impactantes del movimiento Realista. En esta obra la perfecta armonía con la naturaleza bañada por una suave luz vespertina se puede llegar a interpretar como la manifestación de un orden natural superior, ante el cual no hay que rebelarse.

“Me causa sentimientos encontrados este cuadro, ya que se refleja el recuerdo que la sociedad tiene sobre el trabajo, la mano de obra y todos los sacrificios por los cuales se tuvo que pasar para salir adelante. El cuadro muestra tres mujeres, que estoy segura que eran mujeres humildes, pero muy trabajadoras”. Mariana Costas, estudiante de Comunicación Social, Bolivia.